El mandato misionero
San Marcos, evangelista
Ciclo B

25 de abril de 2024.

Lecturas de hoy:
I Pedro 5:5-14
Salmo 89:2-3, 6-7, 16-17

San Marcos 16:15-20

15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.

16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.

17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,

18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»

19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.

20 Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.

Palabra del Señor


"El mandato misionero"

El Evangelio según Marcos es una obra llena de dinamismo y acción. Su último capítulo, en particular, culmina con una comisión muy conocida y profundamente significativa para todos los creyentes. Marcos presenta el mandato misionero de Jesús a sus discípulos, un llamado que resuena a lo largo de los siglos y desafía a cada generación de cristianos a participar activamente en la expansión del Reino de Dios.

En estos versículos, Jesús da instrucciones claras y directas a sus discípulos. Estas palabras no solo estaban destinadas a aquellos que estaban presentes en ese momento, sino que también son relevantes para todos los creyentes de todas las épocas. Estas palabras resuenan con la misma autoridad hoy en día, llamando a todos los cristianos a ser portadores del Evangelio.

Este pasaje, a menudo llamado el "Gran Mandamiento", encapsula la misión central de la iglesia cristiana: predicar el evangelio a todas las naciones. Aquí, Jesús está comisionando a sus discípulos para que vayan al mundo y compartan las buenas nuevas de salvación. Esta comisión no se limita a un lugar o tiempo específico, sino que es una tarea continua para todos los seguidores de Cristo.

Una parte esencial de esta comisión es la responsabilidad de llevar a cabo signos y maravillas que confirmen el mensaje del Evangelio. Estos milagros no están destinados solo a la época de los apóstoles, sino que continúan a lo largo de la historia de la iglesia. Son evidencias del poder de Dios y testimonios vivientes de Su presencia entre Su pueblo.

El énfasis en el poder de Dios para hacer milagros debe entenderse en el contexto de la misión y la propagación del Evangelio. No se trata simplemente de mostrar poder, sino de demostrar la veracidad del mensaje predicado. Estos milagros no son fines en sí mismos, sino que apuntan más allá de sí mismos, señalando hacia la obra redentora de Jesucristo y la venida del Reino de Dios.

Es importante notar que este mandato misionero no es una opción para los creyentes, sino una orden directa del Señor Jesucristo. Cada cristiano está llamado a participar en la gran comisión de llevar el Evangelio a todo el mundo. Nuestra obediencia a este mandato revela nuestra devoción y amor por Dios, así como nuestra compasión por las almas perdidas.

Marcos nos recuerda la importancia y la urgencia de la misión cristiana en el mundo. Este pasaje no solo nos desafía, sino que también nos anima, recordándonos que no estamos solos en esta tarea. Con la promesa de la presencia continua de Jesús, somos empoderados para llevar el Evangelio a todas las naciones, con la seguridad de que Él estará con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.