El Pan de Vida
Martes 3 de Pascua
Ciclo B

16 de abril de 2024.

Lecturas de hoy:
Hechos 7:51--8:1
Salmo 31:3-4, 6-8, 17, 21

San Juan 6:30-35

30 Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas?

31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer.»

32 Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo;

33 porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo.»

34 Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.»

35 Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.

Palabra del Señor


"El Pan de Vida"

El Evangelio de Juan continúa revelando profundidades espirituales en su relato del ministerio de Jesús. Ahora encontramos un pasaje que sigue la conversación entre Jesús y la multitud que lo seguía después de la multiplicación de los panes y los peces. Este diálogo revela verdades sobre la persona de Jesús y el significado de la fe en él.

La multitud, impresionada por el milagro de la multiplicación de los panes, busca de nuevo una señal de Jesús. Le piden que les muestre una señal similar a la que Moisés les dio al proveer maná en el desierto. Sin embargo, Jesús responde apuntando más allá de los milagros materiales hacia una verdad espiritual más profunda.

Él les dice: "En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo" (Juan 6:32-33). Jesús está señalando que él mismo es el verdadero pan del cielo, el cual no solo satisface las necesidades físicas, sino que también otorga vida eterna.

La multitud, aún enfocada en lo material, le pide a Jesús que les dé siempre este pan. Es entonces cuando Jesús proclama una de las afirmaciones más poderosas sobre su propia identidad: "Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed" (Juan 6:35).

Juan nos presenta a Jesús como el pan de vida, el único que puede satisfacer nuestras necesidades más profundas y otorgarnos vida eterna. Jesús no solo ofrece sustento físico, sino que también sacia el hambre espiritual y la sed de nuestras almas. Al acudir a él y creer en él, encontramos plenitud y satisfacción que trascienden los confines de este mundo.