La metáfora de la vid
Domingo 5 de Pascua
Ciclo B

28 de abril de 2024.

Lecturas de hoy:
Hechos 9:26-31
Salmo 22:26-28, 30-32
I Juan 3:18-24

San Juan 15:1-8

1 «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.

2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.

3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado.

4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.

5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.

6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.

7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.

8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.

Palabra del Señor


"La metáfora de la vid"

Juan presenta una de las metáforas más utilizadas por Jesús para ilustrar Su relación con Sus discípulos: la metáfora de la vid y los pámpanos. Hoy encontramos una enseñanza profunda sobre la importancia de permanecer unidos a Cristo para dar fruto en nuestras vidas. Esta metáfora nos invita a reflexionar sobre nuestra conexión vital con Jesús y la necesidad de una relación íntima con Él para experimentar una vida fructífera y significativa en Él.

Jesús comienza identificándose como la "vid verdadera", destacando Su papel central y esencial en la vida del creyente. Él es la fuente de vida y nutrición espiritual, y Su relación con el Padre es vital para el crecimiento y la fructificación de Sus seguidores.

La metáfora de la vid y los pámpanos enfatiza la importancia de la unión íntima con Cristo para producir fruto espiritual. Así como los pámpanos dependen de la vid para obtener sustento y vida, los creyentes dependen de Jesús para su fuerza y vitalidad espiritual. Apartados de Él, no pueden hacer nada significativo o duradero.

Jesús también habla sobre el proceso de la poda, donde el Padre limpia a los creyentes para que puedan dar aún más fruto. Esta limpieza puede implicar la disciplina y la corrección, pero tiene como objetivo último fortalecer la conexión del creyente con Cristo y aumentar su capacidad para dar fruto.

La promesa de Jesús de responder a las oraciones de aquellos que permanecen en Él y en cuyos corazones residen Sus palabras es un recordatorio del poder y la eficacia de una vida de comunión constante con Él. La verdadera oración surge de una relación íntima con Jesús y está en sintonía con Su voluntad y propósito.

Juan nos presenta una imagen de la relación vital entre Jesús y Sus discípulos. Como la vid verdadera, Él es la fuente de vida espiritual y nutrición para aquellos que permanecen unidos a Él. Esta metáfora nos desafía a cultivar una relación íntima con Jesucristo, permitiendo que Su vida fluya a través de nosotros y produzca fruto abundante para la gloria de Dios. Que estas palabras nos inspiren a buscar una comunión más profunda con Cristo y a experimentar el poder transformador de Su amor en nuestras vidas.