La promesa de la oración
Sábado 4 de Pascua
Ciclo B

27 de abril de 2024.

Lecturas de hoy:
Hechos 13:44-52
Salmo 98:1-4

San Juan 14:7-14

7 Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»

8 Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»

9 Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?

10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.

11 Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras.

12 En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre.

13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.

Palabra del Señor


"La promesa de la oración"

El Evangelio de Juan nos presenta una serie de diálogos profundos entre Jesús y Sus discípulos, revelando verdades esenciales sobre Su naturaleza divina y Su relación con el Padre. Hoy encontramos un pasaje donde Jesús enseña sobre la importancia de la fe y la oración en la vida del creyente. Estas palabras de Jesús nos invitan a profundizar en nuestra comprensión de Su relación con el Padre y a crecer en nuestra vida de oración.

Jesús comienza este pasaje enfatizando la íntima conexión entre Él y el Padre. Conocer a Jesús es conocer al Padre, ya que Él es la manifestación visible del Dios invisible. Esta declaración revela la unidad y la identidad entre el Hijo y el Padre, subrayando la naturaleza divina de Jesucristo.

La solicitud de Felipe de ver al Padre refleja una comprensión limitada de la relación entre Jesús y Dios. Sin embargo, Jesús le enseña que aquellos que lo han visto a Él han visto al Padre, ya que Él y el Padre son uno. Esta afirmación desafía a los discípulos a ir más allá de una fe superficial y a reconocer la plena divinidad de Jesucristo.

Jesús también promete que aquellos que creen en Él realizarán obras aún mayores que las que Él hizo, porque Él va al Padre. Esta promesa revela la continuidad del ministerio de Jesús a través de Sus seguidores y el poder del Espíritu Santo que mora en ellos.

La declaración más poderosa de Jesús en este pasaje es Su promesa con respecto a la oración. Él asegura a Sus discípulos que todo lo que pidan al Padre en Su nombre, Él lo hará. Esta promesa es un recordatorio del acceso privilegiado que los creyentes tienen al trono de la gracia a través de Jesucristo.

Juan nos desafía a profundizar en nuestra comprensión de la relación entre Jesús y el Padre, así como a crecer en nuestra vida de oración. Jesús nos invita a confiar en Él completamente, sabiendo que Él es la puerta que nos lleva al Padre y que nuestras oraciones son escuchadas y respondidas en Su nombre. Que estas palabras nos inspiren a acercarnos a Dios con confianza y a experimentar Su poder transformador en nuestras vidas a través de la oración.