La puerta y el pastor
Lunes 4 de Pascua
Ciclo B

22 de abril de 2024.

Lecturas de hoy:
Hechos 11:1-18
Salmo 42:2-3; 43:3-4

San Juan 10:1-10

1 «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador;

2 pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.

3 A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.

4 Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

5 Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»

6 Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.

7 Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.

8 Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.

9 Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.

10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.»

Palabra del Señor


"La puerta y el pastor"

En el Evangelio según Juan, Jesús nos ofrece una reflexión sobre su papel como el Buen Pastor y la puerta para las ovejas. Este pasaje contiene imágenes que revelan la relación íntima entre Jesús y sus seguidores, así como la seguridad y el cuidado que ofrece a aquellos que le siguen.

Jesús comienza su enseñanza diciendo: "En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador, pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas" (Juan 10:1-2). Aquí, Jesús se presenta como la puerta que conduce al redil, es decir, al reino de Dios. Solo a través de Jesús se puede acceder a la salvación y a la comunión con Dios. Cualquier otro intento de encontrar vida eterna es fútil y conducirá a la perdición.

En contraste con los falsos pastores, Jesús se identifica como el verdadero pastor de las ovejas. Él no busca explotar o robar, sino cuidar y proteger a su rebaño. Este pasaje nos recuerda que debemos discernir entre los falsos maestros y la voz verdadera de nuestro Salvador.

Continuando con su enseñanza, Jesús declara: "Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto" (Juan 10:9). Aquí, Jesús presenta una imagen de seguridad y provisión para aquellos que le siguen. Entrar por la puerta que es Jesucristo conduce a la salvación y a una vida plena. La promesa de Jesús es que aquellos que le siguen encontrarán pastos verdes, un símbolo de vida abundante y satisfacción espiritual.

Este pasaje también enfatiza la relación íntima entre el pastor y sus ovejas. Jesús continúa diciendo: "El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Aquí, Jesús contrasta su propio carácter y propósito con el de los falsos pastores. Mientras que los falsos maestros buscan destruir y causar daño, Jesús busca dar vida abundante a aquellos que le siguen.

La vida abundante a la que Jesús se refiere no se limita a una vida cómoda o próspera en términos materiales, sino que se refiere a una vida llena de significado, propósito y comunión con Dios. Es una vida que trasciende las circunstancias terrenales y encuentra su plenitud en una relación íntima con el Buen Pastor.

Que este pasaje nos recuerde que Jesús es la puerta que conduce a la salvación y el Buen Pastor que nos ofrece vida abundante. Sigámosle con confianza y seguridad, sabiendo que en él encontramos todo lo que necesitamos.